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Este blog educativo tiene como objetivo compartir información y recursos útiles para la práctica docente.
viernes, 3 de octubre de 2008
miércoles, 1 de octubre de 2008
Carta de Einstein a Vaz Ferreira
Estimado Señor Vaz Ferreira:
Le agradezco mucho el precioso regalo que Ud. me ha ofrecido. He comenzado a leer vuestra obra sobre el pragmatismo. Yo no soy pragmatista. Encuentro que él /el pragmatismo/ da una definición bien imperfecta de la verdad. Pero si yo fuera pragmatista, respondería a vuestra crítica del pragmatismo de la siguiente manera. “Yo no doy una definición de la verdad porque la verdad no existe. Se puede solo dar una definición de la verdad de un enunciado en relación con un complejo dado y bien determinado (limitado) de consecuencias”. Un enunciado que es “verdadero” relativo a un cierto sistema restringido de consecuencias, no lo es más relativamente a un sistema más extendido de consecuencias. Yo agrego que no comparto este modo de ver el problema, pero si se miran de esta manera las cosas, entonces desaparece el error que Ud. menciona. Pero le concedo que esta observación no cambia nada vuestra crítica del uso que James hace de su doctrina. Si se considera a la verdad, que es práctica, de sacar /derivar/ de un enunciado todas las consecuencias posibles y de controlar así las “verdades”, el pragmatismo no nos ofrece ningún medio nuevo para elegir y para juzgar. Si, además, se subraya que la definición del pragmatismo de la verdad es insuficiente, porque él /el pragmatismo/ no define el significado de la palabra “consecuencias” (que debería ser de valor “práctico”). Si se trata de completar este punto de vista, entonces se percibe fácilmente que la dificultad principal que se encuentra, si se quiere definir la verdad, no es resuelta, tampoco obviada -por la teoría pragmatista. Lamento mucho carecer de la posibilidad de tratar todas estas cuestiones hablando con Ud., a causa de los numerosos deberes sociales. Lo saludo con todo mi corazón.
Suyo
A. Einstein
Le agradezco mucho el precioso regalo que Ud. me ha ofrecido. He comenzado a leer vuestra obra sobre el pragmatismo. Yo no soy pragmatista. Encuentro que él /el pragmatismo/ da una definición bien imperfecta de la verdad. Pero si yo fuera pragmatista, respondería a vuestra crítica del pragmatismo de la siguiente manera. “Yo no doy una definición de la verdad porque la verdad no existe. Se puede solo dar una definición de la verdad de un enunciado en relación con un complejo dado y bien determinado (limitado) de consecuencias”. Un enunciado que es “verdadero” relativo a un cierto sistema restringido de consecuencias, no lo es más relativamente a un sistema más extendido de consecuencias. Yo agrego que no comparto este modo de ver el problema, pero si se miran de esta manera las cosas, entonces desaparece el error que Ud. menciona. Pero le concedo que esta observación no cambia nada vuestra crítica del uso que James hace de su doctrina. Si se considera a la verdad, que es práctica, de sacar /derivar/ de un enunciado todas las consecuencias posibles y de controlar así las “verdades”, el pragmatismo no nos ofrece ningún medio nuevo para elegir y para juzgar. Si, además, se subraya que la definición del pragmatismo de la verdad es insuficiente, porque él /el pragmatismo/ no define el significado de la palabra “consecuencias” (que debería ser de valor “práctico”). Si se trata de completar este punto de vista, entonces se percibe fácilmente que la dificultad principal que se encuentra, si se quiere definir la verdad, no es resuelta, tampoco obviada -por la teoría pragmatista. Lamento mucho carecer de la posibilidad de tratar todas estas cuestiones hablando con Ud., a causa de los numerosos deberes sociales. Lo saludo con todo mi corazón.
Suyo
A. Einstein
DÍA DEL PATRIMONIO 2 o o 8
Octubre 4 y 5
Uruguay, País de Pensamiento
Carlos Vaz Ferreira
Uruguay, País de Pensamiento
Carlos Vaz Ferreira
ALGUNAS VECES nuestro país hace justicia con sus grandes hombres. Tal el caso
de Vaz Ferreira, cuyo nombre es sistemáticamente asociado en la tradición cultural
uruguaya a palabras como «filosofía», «reflexión», «ideas», «pensamiento».
Aunque no se lo haya leído lo suficiente, éste vínculo inercial refleja superficialmente
una profunda verdad: Carlos Vaz Ferreira es, por su peso específico, el
primer filósofo uruguayo.
Su fecha de nacimiento —año 1872— lo ubica como integrante de la célebre
Generación del 900, a la que pertenecieron entre otros su hermana María Eugenia,
Horacio Quiroga, Julio Herrera y Reissig, Florencio Sánchez, y José Enrique Rodó.
De toda su promoción, fue el más humanista, el de mayor cultura general y el
más entregado a la fecunda tarea de enseñar, de transmitir sus conocimientos de
forma generosa, conciente que la educación y el amor gratuito al saber es el mayor
patrimonio de una nación.
Fue tal su dilatada dedicación a la docencia —a la divulgación de ideas y
conocimientos— que su personalidad quedaría incompleta si se lo considerara
sólo en su faceta de teórico y ensayista al cual no le fueron ajenos ni los temas
científicos ni los artísticos. Es que Vaz Ferreira abarcó con su magisterio las tres
ramas de la enseñanza formal uruguaya: primaria, secundaria y universitaria.
En este sentido su gran logro —por el cual luchó tres décadas— fue la creación
de la Facultad de Humanidades y Ciencias (1946) de la que fue decano durante
los primeros cuatro años. Resulta notable cómo tempranamente Unamuno detectó
éste rasgo definitorio de su estilo ya en los primeros trabajos del filósofo
uruguayo, al afirmar que sus libros «parecen más hablados que escritos», y que
«a través de las palabras del filósofo se oye la voz del profesor».
Vale la pena destacar en este sentido, que su dedicación e independencia de
criterios en la función pública fueron ejemplares, ya que en todo momento puso
en práctica lo que el filósofo-moralista predicaba en sus escritos. Nos referimos a
las ideas pregonadas en sus libros más conocidos: Los problemas de la libertad (1907),
Moral para intelectuales (1909), Lógica viva (1910) y Fermentario (1938). «La conducta
sincera por parte de los hombres de pensamiento es la condición más indispensable del
mejoramiento intelectual y moral» , decía Vaz Ferreira con el convencimiento y la
fuerza de quienes hacen de su vida el reflejo de sus ideales.
Una consecuencia directa de esa «conducta sincera» postulada por el filósofo
ha sido su total falta de dogmatismo y ataduras a escuela alguna de pensamiento.
Por eso es más que acertado lo que se ha dicho de él en este sentido: «En vano
se rastrearía en su vastísima producción —sea ella de filosofía pura o metafísica, de ética
o estética, de filosofía de la religión o de filosofía jurídica y social o pedagogía— la más
leve claudicación de su actitud mental para abordar, esclarecer, y en su caso resolver
ninguna cuestión.»
Por todo esto, recordar la figura de Carlos Vaz Ferreira en el Día del Patrimonio
2008, significa homenajear a todos los libre pensadores uruguayos, una especie
cada vez más escasa y que sin embargo ha sido la que alguna vez hizo de este
país un espacio fermental en lo que a producción y debate de ideas se refiere.
Fuente: http://www.patrimoniouruguay.net/descargas/DIA_PATRIMONIO_2008.pdf
Carlos Vaz Ferreira
Una de sus frases emblemáticas que resume su profundo pensamiento:
“Suele hablarse de hombres de pensamiento y de hombres de acción. Más que antítesis es clase y grado. Los hombres de pensamiento son también hombres de acción; sólo que de mucha más acción.”
“Suele hablarse de hombres de pensamiento y de hombres de acción. Más que antítesis es clase y grado. Los hombres de pensamiento son también hombres de acción; sólo que de mucha más acción.”
Carlos Vaz Ferreira nació en Montevideo el 15 de octubre de 1872. Fue hermano de la poetisa María Eugenia Vaz Ferreira.
A partir de 1897 en que ganó la Cátedra de Filosofía en Educación Secundaria que entonces dependía de la Universidad consagró su vida a la tarea docente, desde la propia cátedra y desde la dirección de organismos docentes. Se dedicó a la enseñanza pública con actuación en todas sus ramas: primaria, secundaria y universitaria.
En ese mismo año publica "Curso expositivo de Psicología elemental" y al año siguiente en 1898 otro libro sobre Lógica Formal.
En 1903 se recibe como abogado y ejerció la profesión durante un tiempo. Entre 1905 y 1910 publicó lo más célebre de su obra.
En 1905 publica "Ideas y Observaciones" que reúne trabajos de menor dimensión previamente publicados y otros nuevos. La gran extensión de la obra motivó al autor a publicarla posteriormente en dos volúmenes separados.
En 1907 publica "Problemas de la Libertad", en 1908 "Conocimiento y Acción" y "Moral para Intelectuales", en 1909 aparece "El Pragmatismo", y "Lógica Viva" aparece en 1910.
En 1913 se lo designa Maestro de Conferencias de la Universidad de la República. Desbordando la enseñanza reglamentada, ejerció el magisterio desde la Cátedra Libre de Conferencias creada para él por ley especial en 1913.
En 1918 publica "Lecciones sobre pedagogía" y "Sobre la propiedad de la tierra".
En 1922 aparece "Sobre los problemas sociales". "Sobre el feminismo” se publica en 1933. "Fermentario" aparece en 1938.En 1940 se edita "La actual crisis del mundo".
Fue Profesor de Filosofía del Derecho, Rector de la Universidad de la República en los períodos 1928-1931 y 1935-1941. En 1931 tuvo que dejar por causas de salud el cargo, siendo nuevamente elegido en 1935 por unanimidad.
En este período se destacó su defensa de la Autonomía contra el gobierno dictatorial de Gabriel Terra. Fue Director de la Facultad de Humanidades y Ciencias y luego Decano de la misma desde su fundación y hasta su muerte. La formación de esta Facultad había sido uno de los grandes empeños de su vida, por décadas.
Falleció en Montevideo el 3 de enero de 1958. En el Uruguay impregnado de positivismo, introdujo en la enseñanza una postura independiente y abierta, fuertemente criticista y especulativa condenatoria de todos los dogmatismos de escuela.
Su obra ha sido vasta y múltiple, abarcó la filosofía pura, metafísica, ética, estética, filosofía de la religión, filosofía jurídica, social pedagógica. Su amplia producción bibliográfica fue publicada, en su homenaje, por la Cámara de Representantes en 1957.
La Familia
Carlos Vaz Ferreira y Elvira Raimondi se casaron en 1900 y luego de vivir cinco años en el Centro de la ciudad, se instalaron en la Quinta de Atahualpa construyendo en 1918 la casa actual donde vivieron con sus ocho hijos: Carlos, Alberto, Elvira, Sara, Matilde, Mario, Eduardo y Raúl. Modelaron juntos un ambiente a la medida de sus deseos rodeado de naturaleza, libros y música.
Elvira fue el eje alrededor del cual giraba la vida familiar. Renunció a su brillante carrera de maestra de tercer grado para dedicarse a su familia, preocupada por salvaguardar el ambiente de serenidad necesario para que se permitiera conciliar el trabajo intelectual y pedagógico de Carlos con la escolarización de los ocho hijos en el hogar.
Consustanciada con su compañero, supo ejercer con sabiduría y discreción, el necesario y decisivo protagonismo que permitió articular con naturalidad la intimidad familiar con las tertulias musicales que desarrollaban semanalmente en la casa además de las constantes visitas de estudiosos y personalidades que conocían al filósofo a través de sus libros y deseaban ahondar en su vida y su pensamiento.
Vaz Ferreira le dedicó a ella toda su obra, en particular en el libro "Fermentario" (1938) se refiere a su compañera "por quien, para mí, no todo 'lo real fue dolor' y no todo 'lo ideal fue sueño'”.
La Quinta
Ubicada en la calle Carlos Vaz Ferreira 3610 entre Juan José Arteaga y Florencio Escardó, en el barrio Atahualpa de la ciudad de Montevideo.
Tras la muerte del filósofo en 1958, tres generaciones de descendientes de Carlos Vaz Ferreira y Elvira Raimondi han preservado la casa y su acervo y permite hoy exhibir un testimonio histórico casi irrepetible de pautas estéticas y una forma de vida de una época del Uruguay además del valor vinculado a la personalidad de su propietario.
En este esfuerzo continuo de la familia Vaz Ferreira por consolidar este bien patrimonial como sitio de pertenencia social, la Comisión de Patrimonio del Ministerio de Educación y Cultura destinó en el plan de inversiones 2007, 1.000.000 de pesos para la restauración de la Quinta, cuyas obras serán ejecutadas durante el año 2008 por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
La vivienda actual fue construida en 1918 por Alberto Reborati, y ampliada por única vez en 1928 por la firma Bello-Reborati. El jardín que la envuelve fue modelado por el matrimonio de acuerdo a su especial mirada de la naturaleza. El diseño ambiental estuvo a cargo del pintor, Milo Beretta. Proyectó durante años la mayor parte del equipamiento de la casa, de acuerdo a pautas de diseño impartidas en la Escuela de Artes y Oficios bajo la dirección de Pedro Figari.
La familia ha mantenido el ambiente original, donde se custodia el acervo de Vaz Ferreira y el archivo y muebles de la poetisa María Eugenia Vaz Ferreira, hermana de Carlos.
La música fue la gran pasión artística de Vaz Ferreira. La casa, fue por varias décadas, centro de veladas musicales. Según recuerda Matilde Vaz Ferreira de aquellos años "...los jueves de tarde y los viernes por la noche, tenían lugar las reuniones musicales en el escritorio de mi padre. Circulaba con respecto a esas tertulias, la versión de que la puerta estaba abierta y el que quisiera entrar entrara".
El filósofo cultivaba la amistad con personalidades con las cuales se veía con frecuencia: Enrique Legrand, Milo Beretta, Federico Capurro, Juan Capurro, Enrique Dieste, los hermanos José Pedro y Jacobo Varela, Juan Zorrilla de San Martín, Domingo Arena, Esther de Cáceres y Emilio Oribe.
El jardín de hoy, agreste y silvestre, ha sido siempre así, como lo quisieron Carlos y Elvira para el disfrute, la investigación y la fantasía de toda la familia. Vaz Ferreira concibió un jardín de árboles, liberado a su evolución natural, con un mantenimiento mínimo que permitiera prosperar las especies seleccionadas.
Vaz Ferreira tenía gran afición por los pájaros, construyó cuatro enormes pajareras que poblaba de especies autóctonas y exóticas, que le permitían estudiar sus costumbres. Se interesó especialmente por los horneros y chingolos. Hoy queda sólo una jaula. Era un buen conocedor de los insectos y tenía conocimientos muy avanzados para la época sobre la comunicación entre las gallinas. Criaba gallos ingleses sobre los cuales hacia estudios de genética aviaria e instaló un estanque con peces.
El matrimonio conformó además un jardín de flores para el disfrute de Elvira, cercado, carpido, organizado en canteros con variedad de flores: rosales, violetas, magnolias, jazmines, lilas que inundaban los ambientes de la casa.
Este jardín es la expresión de la concepción de la vida inmersa en la naturaleza. El matrimonio desarrolló a escala familiar la idea promovida por Vaz Ferreira durante años, de Parques Escolares, donde los niños de las ciudades se escolarizaran en contacto con la naturaleza.
Textos y fotos de la familia Vaz Ferreira.
Direcciones vinculadas
Ministerio de Educación y Cultura –lanzamiento 2008-
http://www.mec.gub.uy/not26_09_08_0.html
http://cultura.mec.gub.uy/eventos/vaz/vaz.html
Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación
http://www.patrimoniouruguay.net/
Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Vaz_Ferreira
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